Los
instrumentos derivados, es una rama de la amplia variedad de productos financieros
que se ofrecen en el mercado de valores, como su nombre lo indica, el precio de
estos se deriva del valor de algún activo subyacente, que es un bien o derecho
con valor monetario, que se comercializa en un contrato determinado, el cual es
determinado por la oferta y la demanda en el mercado tanto local como global.
El origen de
estos productos se dio a causa de la necesidad de las personas de mantener un
precio de operación estable de algún bien determinado, lo que facilitó aun más la
apertura de los mercados financieros e internacionales, en donde el comercio es
el eje principal en este caso. Otra razón, fue la inestabilidad económica que
ha enfrentado el mundo durante el tiempo, y como consecuencia, han optado por
cubrirse de las variaciones que se han presentado en los mercados.
En el
pasado, normalmente se comercializaban en el mercado informal, pero actualmente
este tipo de productos también se pueden adquirir mediante intermediarios
financieros que cotizan en mercados regulados, tales como casas de bolsa, donde
ofrecen a sus clientes la manera de cubrirse por choques externos de precios en
un futuro determinado.
Existen
diferentes maneras de utilizar estos productos financieros, entre las que más
destacan son: para cobertura de variaciones en los precios futuros y para
especular en los mercados de valores. El principal objetivo es que se empleen
para que las empresas no sufran riesgos al adquirir productos en un futuro
determinado, es decir con fines de cobertura de precios, y de esta manera que
no se vean afectados económicamente. Sin embargo, conforme avanza el tiempo y
se tiene acceso a una gran cantidad de información financiera y tecnología de
punta, muchos inversionistas utilizan los productos derivados con fines de
arbitraje, es decir, apostando a favor o en contra de los precios de diversos
activos subyacentes, para obtener una utilidad determinada.
Cuando se
adquiere un contrato de derivados en alguna institución financiera, se tiene la
opción de elegir el precio por adquirirlo, cantidad del activo subyacente y
fecha de vencimiento. Cada una de estas variables, depende de los criterios del
cliente; ya que, como se mencionó anteriormente, las empresas lo requieren de
acuerdo a su base de operaciones y forma de requerimiento.
Un ejemplo del uso correcto que se le
puede dar a los productos derivados por parte de alguna empresa, tal como una
procesadora de puré de tomate, es que con cierta anticipación, la
administración puede llevar a cabo un contrato sobre la compra de tomate en un
futuro determinado. De esta manera trata de cubrirse de posibles cambios de su
precio, por consiguiente pueden negociar el precio al que van a adquirir el
tomate, la cantidad que pretenden disponer de él y la fecha en que desee
realizar la operación de compra-venta. Así, la empresa va a disponer de este
inventario a un cierto precio, y gracias a ello, se puede evitar que se eleven
los costos de operación y por consiguiente los precios al que se le ofrezca el
puré al público en general. Además se toma como consideración que las
utilidades en los estados financieros permanezcan estables o a la alza. Existen
diversas variables que pueden ocasionar que los precios de productos agrícolas
varíen de un periodo a otro, tales como: los cambios climáticos (los cuales
hemos presenciado recientemente), la escasez
de producto, entre otras. Por esto, es de suma relevancia que se opte por
manejar este tipo de productos de cobertura para evitar pérdidas económicas.
Por otra parte, este tipo de productos financieros pueden beneficiar al
comprador, en este caso la procesadora de tomate, como a los productores de
este producto agrícola, ya que cuando se pactan estos contratos, los
productores tienen cierta certeza de que su cosecha va a ser remunerada más
adelante, lo que incentiva a producir más, contratar mayor cantidad de
personal, en si incrementar diversos factores económicos, lo que es considerado
como un beneficio para ambas partes.
Como
conclusión, en base a lo que se ha explicado sobre este interesante tema, llamado
instrumentos derivados, podemos suponer que como muchas otras herramientas que
se manejan en el ámbito profesional, esta puede emplearse y llegar a fines
lucrativos. Sobre todo en épocas de incertidumbre económica, como la que se
vive actualmente, ya que es indispensable encontrarnos preparados para
cualquier contingencia que se pueda presentar, con el objetivo de que tanto las
empresas como la población no sufran repercusiones y lleguen a dañar sus
bolsillos.
Escrito por: Obbed Higuera Chávez
Bibliografía
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